A Guillermo Hernandez Flores
Aún si nada fuese convincente a tu piel
y las formas que estrellan imágenes ante tus ojos
no hicieran eco en tu frente aún
abría un poema cargado siempre de intuiciones
de femeninos cuerpos al desnudo
de mundos que se estrechan vibrando
estremecidos ante la luz fría del horizonte atardeciendo
para dejar sobre tus labios un cierto sabor a verdadero
de aquellos mitos que yo te he dicho
y que hasta ahora no habías creído