Tuesday, September 7, 2010

Rodrigo y Gabriela Tamacun

el diablo

dícese del que allá profundo deja que su dolor se encienda
no lo detiene/ arde odio
arde porque no se soporta
para mantenerse ocupado/ por cualquier cosa/ arde
fuego que mantiene la llama del mundo en vida
para que los hombres salgan torpes a recorrer las calles
para que regresen también y le digan a su mujer que están cansados
que hoy no hay tiempo para el amor

arde para los inocentes
y los que se encierran por miedo al mundo
a estos la flama les zumba en el oído
les brillan los ojos entonces/ asoman a la ventana
y en su mirada ya vive él/ y en su corazón/ y en su espalda

arde para el que ofrece a su dios en las esquinas/ y para el que los compra
para el niño y la pelota
arde bajo los pies del peregrino / y sobre las manos del poeta
arde para el cansado y el triste
para la mujer y el siniestro

arde braza en estas letras/ y ahora también
enciende hoguera en tus pensamientos

dices que aún falta conocernos

dices que aún falta conocernos
que debería ir más despacio
a mí me encanta la fachada de tu casa
y tus ojos cuando niegan lo que tus labios dicen
me acerco inseguro hasta tu cuello que huele a terso
se abren los poros/ tú me buscas
en tu cara un fuerza que te obliga a acercarte
te gusta estar junto a mi/ pero también te gusta el otro
aquel a distancia/ la manera en que fuerte empuja sus pies contra el piso
para quedarse parado dos segundos/ luego brincar un metro y levantar las manos
potentes sus brazos elevan tu deseo
otra vez me miras/ lo que has visto en mi mundo de palabras se enciende en tu sonrisa
(bajas la cabeza prohibiéndote pensar)