Monday, January 25, 2010

Yo escribo desde un sótano que se abre al espacio

Yo escribo desde un sótano que se abre al espacio

Un portal a los brazos del mundo entre palabras
Una casa un infierno
Una soledad a cuestas sobre el papel
Una forma de vaciar rostros en una botella
acumularlos en un estante
rociar las paredes con la mezcla
para alejar el ruido

Yo miro con los ojos cerrados
la larga sonrisa de tu rostro al espejo
indefinidamente perpleja
de no saber quién eres
guardar esa verdad como un tesoro entre tus cosas
llevarla a todas partes
repartirla en pedacitos por las calles
y volver siempre
al mismo espejo
en el que ya no se mira nada
más que una mueca
sucia y fría
de no saber quién eres

Yo siempre he de callar ante el caos
sembrar bajo mis pies raíces
construir una casa
resistirme a aletear con pies de cielo
quedarme fuerte sobre el mundo
Aprenderé a decir te quiero

Sin embargo

Te quiero es una soledad como una mentira
no te vayas y muera
Una fluctuación de emociones originadas en el estomago
que terminan eructando por los labios
frágil como el momento y el aire mismo

Por eso yo me reservo el te quiero

paso las horas como se avanza por un camino cierto
con la seguridad de los pies de plomo
y el espacio abierto
Con paredes blandas
montañas de humo
estructuras de acero hueso piedra y lodo

A veces también muero lentamente
(Agonizo y muero)
y se esparce de mis manos
el polvo viejo de los valles largos
del camino recorrido
Me tumbo solo en un colchón
y hago que muero por unos días
Me ausento
cuando estoy allá lejos de la razón
y el desasosiego de la cordura
volteo y me sonrío

Descanso
sin sandalias ni morral
ni la fuerza de ir corriendo a todos lados
con mi espejo mudo bajo el brazo
sin saber quién eres

Alzarán los muertos un nombre a mi sepulcro
se llenará la tierra de mi sed
se agitarán las aguas
y los montes caerán pedazos
fuego a los pies del mundo
soledad silencio tiempo