He de decir hermanos
que he habitado la cima del abismo
hundido en el punto en que la
claridad se hace una con la sombra
he errado un camino de hombre
satisfecho roído sobre las calles del deseo
Que mis huesos han construido infiernos y mis manos
caricias de plástico y polvo
He de decir también que he sido un retoño de espejismos
Que si alguien estuvo conmigo
cayó instantáneamente fulminado por el fuego de mis ojos
cayó flor en pedazos ave de cuello roto
Pero en el espacio de unos días en el lugar del caos
a mitad de multitudes
cuando el ruido se hacía más fuerte y me imprecaba
he llorado también lágrimas de lodo y piedra
decidiendo morir en el pantano
que de mis ojos nace como tumba para este infierno